Los tractores vuelven a rodar en Madrid este domingo en señal de protesta. Cerca del medio día, más de un millar de personas han empezado a desplazarse desde el Ministerio de Transición Ecológica hacia la sede del Ministerio de Agricultura para exigir que el ministro Luis Planas aplique medidas concretas y contundentes que alivien la situación del sector. En esta ocasión, la bandera es la de Unión de Uniones, la cuarta organización profesional agraria que, a pesar de no ser reconocida como portavoz oficial del sector, ha sido una de las principales promotoras de las protestas en estos últimos dos meses. La Delegación de Gobierno ha permitido, al ser fin de semana, que hasta 1.500 tractores entren a la ciudad. Sin embargo, solo unos 80 camiones han desfilado frente al ministerio en el tramo final de la manifestación.
Banderas de diferentes comunidades autónomas como Galicia, Aragón, Castilla-La Mancha o Andalucía, se han visto durante el recorrido que comenzó por cinco zonas diferentes de la ciudad. La mayoría de asistentes ha portado la bandera verde de la organización agraria, aunque a diferencia de otras manifestaciones, en esta se han apreciado más jóvenes y niños marchando junto a los profesionales del campo. Desde el inicio, la organización defendió que esta era una manifestación familiar, pero de los 10.000 asistentes esperados solo ha llegado una quinta parte.
Al frente de todos marcha Luis Cortés, coordinador nacional de Unión de Uniones. Considera que la batería de medidas propuesta por Bruselas esta semana no apunta en la dirección correcta. Cree que la normativa debe enfocarse en ayudar a los productores a mejorar la calidad de las cosechas y no únicamente en reducir las obligaciones medioambientales. “Lo que deben hacer es un reglamento propio de medio ambiente y no mezclarlo con el de agricultura”, ha dicho en medio del estruendo de los coches y el tintineo de las campanas de los becerros.

Entre sus demandas está que se negocie un nuevo reglamento de la Política Agraria Común (PAC), “pues hace falta una norma intermedia”. “Lo decimos todos, los agricultores franceses y alemanes por igual”, ha recalcado Cortés. Son estas normas las que, según él, hacen “imposible” que se produzcan alimentos a precios asequibles. El desfile de los tractores por toda la Castellana ha sido recibido con aplausos por cientos de transeúntes.
Esta es la segunda gran convocatoria que organiza esta patronal del campo en lo que va de año. La primera se celebró el 21 de febrero y llegó a juntar a cerca de 2.000 personas —según los datos de la Delegación del Gobierno en Madrid—, también contabilizaron 10 heridos leves, tras enfrentamientos con la Policía, y dos detenciones. La mayoría de tractores de esta jornada proceden de Castilla-La Mancha y exigen principalmente que se frene la competencia desleal en las importaciones, más vigilancia en la cadena alimentaria y la simplificación de la Política Agraria Común.

Rodrigo Jiménez (EFE)
La Comisión Europea ha escuchado estas reclamaciones. Esta semana ha desplegado un texto con medidas que buscan mermar la carga burocrática de la PAC, principalmente para los pequeños productores. En la propuesta, que aún debe aprobarse en el Consejo Europeo, se propone flexibilizar las prácticas agrarias más conocidas como BCAMS para que, por ejemplo, algunos espacios dedicados a la diversidad pasen a ser voluntarios (aunque se incentivarán económicamente). También se propone que la obligación del barbecho pueda suplirse con cultivos que aportan propiedades al suelo o que las cubiertas vegetales tengan en cuenta las condiciones agronómicas de cada región.
Las iniciativas suponen una bocanada de aire para el Ministerio de Agricultura, que tiene pendiente una reunión con las organizaciones principales del campo (Asaja, COAG y UPA) precisamente para llegar a un acuerdo sobre la simplificación de la PAC y el control de precios. “Esta PAC es una buena PAC, pero hay que reconocer que su aplicación diaria se ha revelado compleja por los propios agricultores y ganaderos”, ha admitido Planas esta semana. No obstante, parecen insuficientes para los agricultores convocados este domingo.

Sergio Pérez (EFE)
Secundino Juan (58 años) ha llegado desde León para apoyar la protesta. Este agricultor de remolacha, maíz y trigo considera que el anuncio de Bruselas es un avance, pero no significa que “haya nada definido” y él seguirá en pie de lucha hasta que se retire definitivamente la norma de la rotación de los cultivos. Según explica, en su zona hay profesionales que llevan sembrando más de 20 años el maíz sin problema “y cada año obtienen mejores resultados”. Borja, de Malpita de Tajo, en Toledo, se muestra más pesimista con la situación del sector y las protestas. “No vamos a conseguir nada; los precios van a seguir por los suelos”, lamenta.
Marcela, de 63 años, ha venido desde Cuenca para protestar por unas condiciones agrarias “decentes”. Después de 40 años trabajando en el sector, está pensando en vender sus tierras porque ninguno de sus tres hijos quiere dedicarse a labrar el campo y han decidido estudiar fuera de su ciudad natal. Ella pide al Gobierno y a las instituciones europeas que “escuchen” a los agricultores porque “el futuro de la región depende de ellos”.
Sigue toda la información de Economía y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
La agenda de Cinco Días
Las citas económicas más importantes del día, con las claves y el contexto para entender su alcance.
RECÍBELO EN TU CORREO